Por: Enrique Soto Roca
"Cuando en democracia no se respetan las normas y hay el puro egoísmo de unos y otros, llega, decía Platón, la tiranía". Algo que todos los peruanos de buena voluntad no queremos que llegue, por lo que es necesario consolidar la democracia en las próximas elecciones regionales y municipales, respetando las normas y reglamentos, que afirman el estado de derecho.
Discernir sobre estado, elecciones y democracia, es bastante ambicioso y sumamente complejo, que para hallar algunas verdades sólidas es necesario realizar un análisis profundo de cada uno de estos conceptos y como estos interactúan o se relacionan entre sí en la realidad. Sin embargo, es necesario realizar un esfuerzo mental para comprender básicamente esta situación, en una coyuntura en la que las elecciones en nuestro país, se realizarán el 3 de octubre marcando un hito en el proceso histórico republicano.
El estado es una institución bastante débil y permisible en nuestra sociedad, ya que no cuenta con estructuras institucionales sólidas, así como carece de recursos humanos eficientes y capacitados, sin capacidad de renovación, si no se realiza una profunda restructuración institucional y una re ingeniería humana, situación que se viene postergando a través de la reforma del estado.
Es mas se acentúa radicalmente con la corrupción que en estos últimos años ha crecido poderosamente, y que se manifiesta abiertamente en casi todas las esferas del quehacer público, así como es todos los niveles jerárquicos. Tal es así que nadie confía ni cree en la justicia administrada a través del poder judicial, como tampoco en las leyes o normas formuladas por el Congreso de la República, ni en el Ejecutivo que conduce la administración pública a nivel nacional a través de sus ministros. Es decir ya nadie cree en las instituciones tutelares del Estado.Teniendo como base esta estructura de estado débil y obsoleto, se promueve una democracia incipiente, raquítica y anémica que haciendo miles de esfuerzos salvaguarda la representación ciudadana, a través de sus autoridades, mayormente mal elegidas. Pero no existe ni un atisbo en pretender levantar y accionar una democracia participativa donde el ciudadano pueda elegir y ser elegido en proceso proactivo, desde las organizaciones políticas partidarias, teniendo voz y voto y siendo promovido a participar activamente en la vida política del país sin restricción alguna. Así como, sea permanentemente capacitado para ejercer esa actividad cívica en el país y no sólo se le hable de estas actividades en vísperas de un proceso electoral que se dá cada cuatro o cinco años.
Hablar de elecciones y democracia, es hablar de como, con todas las limitaciones que posee, se fortalece al estado en este quehacer concreto. Y para ello tenemos que mencionar en el papel que juegan los partidos políticos y los movimientos regionales y locales, como instituciones que desarrollan actividad política. Así como de las instituciones públicas (JNE, ONPE, RENIEC), que tienen que ver de manera directa en el accionar de la actividad electoral en nuestro país. Educando y facilitando la participación ciudadana.
En nuestro país no existen partidos políticos sólidos organizados, que generen confianza en la población. Por lo tanto no hay liderazgo organizacional, y sólo realizan vida política en vísperas de elecciones de manera coyuntural, mas no de manera sostenida. Esto impide que la conciencia cívica democrática se promueva, desarrolle y consolide. Tampoco, el estado da una debida importancia a esta actividad, a través de sus instituciones especializadas. Por ello la población ha perdido credibilidad en los partidos políticos tradicionales, empezando a consolidarse los movimientos regionales independientes, que vienen surgiendo y organizándose al interior del país, consolidando el proceso de descentralización iniciado hace ocho años. Tal es así que muchos partidos nacionales no quieren postular directamente a ser gobierno regional o municipal, y han anunciado apoyar a algún movimiento regional. Ya que están convencidos que en estas elecciones del 3 de octubre, marcará la pauta de la correlación de fuerzas a nivel nacional y les anunciará su vigencia o desaparición del contexto electoral. No queriendo correr el riesgo, sino después de las elecciones nacionales del próximo año.
Es importante que el estado sea mas exigente con las organizaciones políticas para que estas se consoliden. En esa medida nos parece saludable los cambios en la Ley de Partidos Políticos. Dándole atención prioritaria a la mujer y al joven con participación del 30% y 20% respectivamente en las listas de candidatos, consolidando la democracia pero también decimos que esto no sirva para poner piedras en el camino a los movimientos nuevos y jóvenes que nacen con un ardiente deseo de participar activamente del quehacer político, con ellos debemos ser flexibles y darles todas las facilidades para que se consoliden y afirmen la democracia.
Creemos que el estado debe brindar mayor atención a estos movimientos nuevos en su mayoría constituidos por ciudadanos que no han participado partidariamente en actividad política. Ya que significaría la renovación de la actividad política organizacionalmente. Y recuperar la fe de la población en sus instituciones civiles de carácter político que ahora está perdido.
Consideramos que el Estado, Elecciones y Democracia son tres herramientas estratégicas para el desarrollar la conciencia cívica de la nación,soporte neurálgico del desarrollo institucional como país en vías de desarrollo. Solo nuestros ciudadanos harán grande esa patria con su esfuerzo y creatividad, viviendo de manera libre en democracia.
Este 3 de octubre será el inicio para empezar esta gran transformación, el gran cambio que el país necesita, desde el interior de sus provincias. La gran revolución esperada por todos los peruanos habrá de iniciarse para hacer de nuestro país una república moderna, industrializada y próspera con ciudadanos que libremente se expresen en el quehacer político y que asuman responsabilidad en el devenir histórico de nuestros pueblos.
Hablar de elecciones y democracia, es hablar de como, con todas las limitaciones que posee, se fortalece al estado en este quehacer concreto. Y para ello tenemos que mencionar en el papel que juegan los partidos políticos y los movimientos regionales y locales, como instituciones que desarrollan actividad política. Así como de las instituciones públicas (JNE, ONPE, RENIEC), que tienen que ver de manera directa en el accionar de la actividad electoral en nuestro país. Educando y facilitando la participación ciudadana.
En nuestro país no existen partidos políticos sólidos organizados, que generen confianza en la población. Por lo tanto no hay liderazgo organizacional, y sólo realizan vida política en vísperas de elecciones de manera coyuntural, mas no de manera sostenida. Esto impide que la conciencia cívica democrática se promueva, desarrolle y consolide. Tampoco, el estado da una debida importancia a esta actividad, a través de sus instituciones especializadas. Por ello la población ha perdido credibilidad en los partidos políticos tradicionales, empezando a consolidarse los movimientos regionales independientes, que vienen surgiendo y organizándose al interior del país, consolidando el proceso de descentralización iniciado hace ocho años. Tal es así que muchos partidos nacionales no quieren postular directamente a ser gobierno regional o municipal, y han anunciado apoyar a algún movimiento regional. Ya que están convencidos que en estas elecciones del 3 de octubre, marcará la pauta de la correlación de fuerzas a nivel nacional y les anunciará su vigencia o desaparición del contexto electoral. No queriendo correr el riesgo, sino después de las elecciones nacionales del próximo año.
Es importante que el estado sea mas exigente con las organizaciones políticas para que estas se consoliden. En esa medida nos parece saludable los cambios en la Ley de Partidos Políticos. Dándole atención prioritaria a la mujer y al joven con participación del 30% y 20% respectivamente en las listas de candidatos, consolidando la democracia pero también decimos que esto no sirva para poner piedras en el camino a los movimientos nuevos y jóvenes que nacen con un ardiente deseo de participar activamente del quehacer político, con ellos debemos ser flexibles y darles todas las facilidades para que se consoliden y afirmen la democracia.
Creemos que el estado debe brindar mayor atención a estos movimientos nuevos en su mayoría constituidos por ciudadanos que no han participado partidariamente en actividad política. Ya que significaría la renovación de la actividad política organizacionalmente. Y recuperar la fe de la población en sus instituciones civiles de carácter político que ahora está perdido.
Consideramos que el Estado, Elecciones y Democracia son tres herramientas estratégicas para el desarrollar la conciencia cívica de la nación,soporte neurálgico del desarrollo institucional como país en vías de desarrollo. Solo nuestros ciudadanos harán grande esa patria con su esfuerzo y creatividad, viviendo de manera libre en democracia.
Este 3 de octubre será el inicio para empezar esta gran transformación, el gran cambio que el país necesita, desde el interior de sus provincias. La gran revolución esperada por todos los peruanos habrá de iniciarse para hacer de nuestro país una república moderna, industrializada y próspera con ciudadanos que libremente se expresen en el quehacer político y que asuman responsabilidad en el devenir histórico de nuestros pueblos.
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